Venezuela y las ansias de libertad. Cada minuto cuenta

02.08.2024
Imagen de elaboración propia (IFDM)
Imagen de elaboración propia (IFDM)

Por Dalma Varela

El pasado domingo 28 de julio se celebraron las elecciones presidenciales en Venezuela. Dato no menor, 11 años después de la muerte de Hugo Chávez, y de nuevo la oposición se unieron en estas elecciones con el objetivo de una vez por todas, derrotar al chavismo. Objetivo al cual renunciaron en 2018 debido a que no había condiciones justas para una elección democrática y competitiva.

En estos comicios competía el gobierno de Nicolás Maduro con la fórmula de Edmundo González Urrutia, candidato de la plataforma que agrupa a la oposición de mayor peso, la Plataforma Unitaria. Y donde la oposición gozaba de gran ventaja según lo evidenciaban las encuestas.

Durante los últimos meses, se evidenció el gran rechazo hacia la reelección de la figura de Nicolás Maduro, por la larga crisis económica y social en la cual está sumida Venezuela.

Sumado a esto, hubo obstáculos que tuvo que superar la oposición: En 2023 se realizó la elección primaria para escoger al candidato presidencial de la Plataforma Unitaria, y la oposición viene denunciando al gobierno del actuar poco democrático.

La principal queja se refirió a la inhabilitación política de María Corina Machado, que ganó con un apoyo abrumador en las primarias de la oposición, ya que no le fue permitido inscribir su candidatura presidencial. Cabe recordar que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la inhabilitación de candidatos solo debe imponerse tras una condena judicial en un proceso penal y no por un procedimiento administrativo como lo hizo el régimen de Maduro.

Ante esta imposibilidad de inscribir la candidatura de Machado, y de la suplente, la Plataforma Unitaria postuló a González Urrutia, quien rápidamente escaló en las encuestas.

Al mismo tiempo que sucedía todo esto, instituciones estatales y cuerpos militares y/o de seguridad, sometieron a un acoso sistemático, con el objetivo de dificultar los actos y el desarrollo de la campaña de González Urrutia, Machado y otros.

Venimos observando hace años las acciones del régimen de Nicolás Maduro, y como el chavismo controla las instituciones del país, a pesar de que la jornada electoral se desarrolló con un sentimiento de esperanza del cambio, y de un claro resultado ganador; los ojos de la comunidad internacional, se posaron sobre Venezuela.

La Democracia, por la cual tanto lucho el mundo libre, se vio desafiada, no solo en la América Latina, sino en el hemisferio occidental. En los últimos 20 años, tuvimos países en este lado del globo que derivaron en dictaduras, como son Venezuela y Nicaragua.

(Matias Delacroix / Associated Press)
(Matias Delacroix / Associated Press)

Nicolás Maduro, el líder autoritario de la Venezuela que vimos brillar, hizo lo imposible por sobrevivir una vez más a las elecciones democráticas, pero totalmente injustas para el pueblo venezolano. El resultado, proclamado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), enfrenta no solo resistencia nacional sino internacional, y sigue ocasionando disturbios e inseguridad, así como violaciones a los derechos humanos de los venezolanos. Estas elecciones eran una gran prueba para el régimen autoritario de Maduro, quien se encontró con un pueblo cansado y con ansias de cambio.

En este escenario, la oposición ya denunció el fraude electoral, comunicando que los activistas electorales de oposición lograron reunir el 73,2% de las actas, y que luego de contabilizar los votos, el resultado le otorga a Edmundo González 6,25 millones de votos frente a 2,28 millones de sufragios a favor de Nicolás Maduro.

El anuncio de los resultados no solo agravó la situación de la crisis social nacional, sino que las reacciones a nivel internacional, mostraron la división entre los aliados del régimen chavista, los que rechazan los resultados del domingo y los que piden más transparencia en el proceso electoral.

Dentro de la región de América Latina, no tardaron en llegar las felicitaciones de Bolivia, Nicaragua, Honduras y Cuba; países que no solo son aliados ideológicos al régimen venezolano, sino que comparten formas autoritarias de gobierno. Fuera de América Latina, las felicitaciones llegaron desde Irán, Rusia y China.

Quienes adoptaron una posición neutral, y no se han posicionado fueron México, Colombia y Brasil. Si pidiendo transparencia. Mientras que, desde la Unión Europea, se solicitaba a Venezuela "transparencia" en el proceso electoral, Estados Unidos planteaba una posición de "preocupación de que el resultado no refleje la voluntad del pueblo".

Pero en la región hubo otras posiciones. Argentina, Costa Rica, Chile, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, no solo exigiendo un día después, la revisión completa de los resultados electorales, sino también exigiendo la transparencia electoral que caracteriza al proceso democrático. Ante esta postura de no reconocimiento de los resultados, el régimen venezolano anunció el lunes pasado, que retiraba a sus representantes diplomáticos de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, al mismo tiempo que exigía la retirada "de manera inmediata" de todos sus representantes diplomáticos en Venezuela.

Esto trajo aparejado la urgencia de resolver una situación en particular. Seis venezolanos del equipo de campaña de Machado se encuentran asilados, desde marzo, en la residencia de la Embajada Argentina en Caracas. Hace meses se viene solicitando el salvo conducto para trasladarlos a la República Argentina y recibir asilo político. Sin embargo, el régimen de Maduro les niega sistemáticamente los salvoconductos necesarios para que puedan trasladarse, violando abiertamente la Convención de Caracas de 1954, sobre asilo diplomático. Y enfatizamos en que son seis venezolanos, porque son personas que no pueden estar libremente en su propio país.

Las evidencias de las irregularidades que se dieron en el proceso electoral desde el comienzo, con la proscripción de María Corina Machado; la persecución a los disidentes; la obstrucción de los derechos de los venezolanos en el exterior cuando se decide denegar el derecho al voto; el rechazo de los observadores internacionales independientes; la obstrucción a la acción de los fiscales de la oposición; el cierre de centros de votación junto con la negativa a entregar actas de mesa; la demora en la transmisión de datos desde los centros de votación al Consejo Nacional Electoral; y posteriormente los patrullajes de colectivos paramilitares chavistas que causaron muertes, no solo violan el Acuerdo de Barbados, suscripto por el gobierno y la oposición venezolanos en octubre de 2023, sino que se vio como sistemáticamente se fueron violando acuerdos internacionales.

La principal líder de la oposición venezolana, María Corina Machado (Jeampier Arguinzones/dpa)
La principal líder de la oposición venezolana, María Corina Machado (Jeampier Arguinzones/dpa)

Luis Almagro, Secretario General de la OEA
Luis Almagro, Secretario General de la OEA

A comienzo de la semana, la comunidad internacional no daba una respuesta concreta y eficaz. Luego de la reunión en la OEA, donde se presentó un proyecto de resolución, avalado por Estados Unidos, Argentina, Paraguay, Chile y Uruguay, donde se pedía al CNE publicar las actas electorales; con la abstención de Brasil y Colombia, y la ausencia de México, el foro regional descartó esta iniciativa. El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, anunció que solicitará a la Corte Penal Internacional (CPI) que ordene el arresto de Nicolás Maduro, a quien acusó de haber cometido un "baño de sangre" contra los manifestantes tras las elecciones del domingo..

Seis años más del régimen en Venezuela no solo serían un golpe social para los venezolanos, sino también la posibilidad de que el autoritarismo avance más allá de las fronteras del país. No nos olvidemos que, desde la llegada de Hugo Chávez, Venezuela lideró el fortalecimiento de Estados autoritarios en la región, quienes se apoyan con ayuda económica e intercambio de estrategias y capacidades de seguridad militar, aumentando las herramientas de represión como atacar a los medios de comunicación, acosar a sus oponentes políticos; y convertir a la migración en un arma silenciosa.

Pero esto también puede desestabilizar a los países democráticos de la región en materia migratoria. Venezuela hoy tiene el éxodo migratorio más grande del sistema, y la región debe empezar a prepararse.

La oposición venezolana está más unida que otros años, el pueblo sigue saliendo a las calles, luchando y buscando su final feliz.

La historia no va a terminar, el régimen necesita legitimarse internacionalmente, acceder a mercados, seguir teniendo acuerdos, cooperación internacional, y no quedar aislado. La oposición tiene la legitimad internacional por su demostración con el compromiso democrático. Los venezolanos decidieron quien es su presidente. Se debe respetar la voluntad del pueblo.