Impacto global del conflicto ruso-ucraniano

15.06.2022
Imagen de elaboración propia (IFDM)
Imagen de elaboración propia (IFDM)

Cuando un acontecimiento ocurre fuera de las fronteras de un Estado en particular, se convierte, automáticamente, en un evento que afecta de una u otra forma al sistema internacional. El conflicto que viene desarrollándose en territorio ucraniano y en el que se encuentran involucrados los gobiernos de Rusia y Ucrania, no escapa a esta regla.

Esta situación en particular se produce como consecuencia de la interdependencia, cada vez más acérrima, generada a raíz del cambio de perspectiva que fue estableciéndose en el ámbito de las relaciones internacionales. Sumado a la globalización, tenemos un escenario interconectado y altamente dependiente del curso de las decisiones de los líderes estatales.

La situación derivada del conflicto ruso ucraniano se encuentra escalando en el escenario internacional y afecta, hoy en día, al comercio internacional de granos.

A fin de comprender con mayor precisión la gravedad de la situación, tanto Rusia como Ucrania, se posicionan en el mercado internacional como dos de los principales productores y exportadores de trigo y maíz en el mundo. Rusia se constituye como el principal exportador de trigo y Ucrania por su parte es considerado el cuarto mayor exportador de dicho grano.

El bloqueo de los puertos ucranianos, el control total del tráfico fluvial del mar Negro por parte de la armada rusa, no solo supone una ventaja geopolítica importante para Moscú sino que al mismo tiempo bloquea las exportaciones de cereales de Ucrania y con ello pone en riesgo la seguridad alimentaria internacional, afectando directamente a los principales mercados dependientes del producto ucraniano como el de Líbano, Libia, Túnez, Indonesia y Bangladesh e indirectamente a todo el mercado internacional.

Desde enero los precios internacionales de los alimentos ya aumentaron un 17% y el de los cereales en particular más del 21%, a partir de la invasión rusa en territorio ucraniano, sumado a la pérdida de la tierra productiva, las interrupciones en los ciclos de plantación y la dificultad para exportar.

Es que no solamente el mercado de los alimentos se vio afectado, ya hemos sido testigo de la suba del precio del crudo del petróleo, del níquel, del aluminio y de los fertilizantes. Con respecto a los fertilizantes, tenemos una problemática mayor como país, es que el 19% del total de las importaciones del Brasil provienen de Rusia y al tener este país las sanciones impuestas por Occidente, el precio termina encareciéndose y es que según datos de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO) los incrementos en los puertos de Villeta y Caacupemí ya son del más del 100%, mientras que en Ciudad del Este el incremento asciende al 357%.

A raíz de toda esta situación, Julie Marshall, portavoz del Programa Mundial de Alimentos señaló que las interrupciones en el suministro de Rusia y Ucrania en conjunto representan el 30% de las exportaciones totales de trigo y 20% de maíz, prácticamente estamos hablando de 1/4 del comercio mundial de estos cereales. Estamos hablando que 12 en cada 100 calorías consumidas en el mundo son producidas por estos dos Estados.

Por lo que según la FAO, existen entre 11 y 19 millones de personas en el mundo con riesgo de sufrir hambruna a causa de lo anterior y esta última problemática puede derivar en estallidos sociales como ya sucedió en el año 2011 con la Primavera Árabe, situación en la cual el aumento de los precios de ventas de los alimentos supuso un detonante importante de las manifestaciones y protestas realizadas.

Así es como lo predicho por Bastiat, quien señalaba que si los bienes no cruzan libremente las fronteras lo harán los ejércitos, hoy en día lo estamos experimentando más de forma indirecta que directa para quienes nos encontramos alejados del escenario bélico.